La vida nos plantea a todos cambios, problemas y dificultades que solucionamos ó superamos con los recursos que tenemos, nuestra capacidades y conocimientos, la ayuda que recibimos de los allegados…

     Pero a veces las dificultades nos exigen demasiado, no tenemos suficientes recursos ó no sabemos emplearlos con más eficacia, y nuestro esfuerzo y capacidades no nos permiten ya funcionar con normalidad. Estamos sobrepasados y sufriendo.

     Así se inicia el trastorno psicológico, cuando percibimos señales de funcionamiento alterado, de que algo va mal, síntomas, y no podemos reducir su frecuencia e intensidad para seguir con nuestra vida y planes normales. Estas alteraciones afectan a todas nuestras dimensiones vitales EFPK produciendo:

• E: emociones negativas, de malestar (ansiosos, tristes, abatidos, tensos, irritables,…).
• F: malas sensaciones físicas, el cuerpo funciona peor (cansancio, dolor, apetito, energía…).
• P: pensamientos alterados, poco funcionales, (erróneos, negativos, muy rápidos ó lentos,…).
• K: comportamiento desajustado, podemos hacer menos (inhibición, bloqueos, manías…).

     Empeora nuestra vida social (pareja, familia, trabajo, etc.), nuestro bienestar y felicidad.

     La ayuda psicológica experta nos ayuda a entender qué pasa y nos pasa y por qué, a aprender a gestionar nuestros recursos lo mejor posible para recuperar nuestra capacidad de vivir bien y ser más felices.

     Porque los actuales medios a distancia, con sus carencias comunicativas y limitaciones técnicas, no dan la calidad de comunicación necesaria para una intervención óptima.

A. Carencias, la comunicación es menos completa, personal, intensa, rápida y fluida de lo necesario para acceder a nuestro ámbito interno, conocerlo y cambiarlo. Como son:

• Sin información emocional no percibimos las señales que indican qué se siente, cuánto y cuándo. No trabajar con emociones en psicología es tratar de cocinar sin fuego.
• Sin retroalimentación inmediata, la respuesta a lo expresado es pobre y lenta, no sabemos si acertamos ó erramos, si nos escuchan y comprenden, si hay que repetir ó pasar a otra cosa. Así ni se puede aprender bien, ni podemos verificar qué se está aprendiendo.
• Sin información no verbal (gestos, expresiones faciales, movimientos y posturas… que matizan lo que decimos), paraverbal (tono, timbre, ritmo, volumen, entonación…) ó sensorial (visual, táctil), Sólo queda lo verbal que es una información burda,  plana, sin matices, e insuficiente.
• Impersonal y estática: cliente y terapeuta están frente a una máquina, con su campo visual y auditivo limitado, concentran su atención en lo que imaginan y no comparten.
• Con serias dificultades para aplicar técnicas psicológicas que exigen interacción visual de calidad ó táctil (debate cognitivo, relajación, EMDR, etc.)  De hecho todas las técnicas psicológicas requieren mejor comunicación que la que estos medios posibilitan.
  Estas carencias dificultan ó impiden al cliente lograr los cambios que necesita. Pierde los recursos que dedica (tiempo, esfuerzo y dinero), y la confianza en la ayuda que ofrece un tratamiento psicológico óptimo.

B. Restricciones que desaconsejan basar la intervención psicológica en los medios a distancia ya que no proporcionan una comunicación accesible y segura, como:

• Accesibilidad, cliente y psicólogo han de contar con equipos potentes, con software de comunicaciones y de codificación de datos perfectamente configurado, con redes sin errores... Saber usarlos y resolver las posibles incidencias.  Lo que es posible, pero ni fácil ni barato, y limita mucho el rango de clientes y problemas a atender.
• Confidencialidad. Es técnicamente posible que un tercero intercepte la señal y acceda al contenido de la comunicación. Con grabaciones en el equipo del cliente (copias de seguridad; programas espía, troyanos…) ó en los servidores intermediarios.
• Garantía de identidad: cualquiera con las claves del cliente puede suplantarle. El psicólogo no puede cerciorarse de que comunica con quien cree, y sólo con esa persona (sin terceros presentes p. ej. bajo amenazas por celos patológicos). El cliente tampoco puede verificar que es su psicólogo, y sólo este, el que está al otro lado, que no atiende a más personas a la vez ó lee el periódico... No hay garantía de exclusividad.

Actualmente podemos elegir entre tres modos de comunicación a distancia, que son:

• m1. Escrito (chat): exige velocidad de escritura. Hay retardo entre preguntas y respuestas que han de ser escritas y leídas. Sin información visual, sensorial ó paraverbal.
• m2. Teléfono (Skype, móvil…) Sin información visual, sensorial y pérdida de paraverbal.
• m3. Video conferencia, con baja calidad de imagen (poco nítida, campo visual limitado a la cámara, saltos entre imágenes estáticas, retardo temporal entre el movimiento y lo que vemos, falta de sincronía imagen/sonidos…) y sonido. Sin información sensorial.

     Las telecomunicaciones sirven pues de apoyo puntual, como medio de contacto y apoyo al aprendizaje y mejora en algunos aspectos, pero no como base para una intervención óptima.